Una corte de Camboya condenó al líder opositor Kem Sokha por “traición” y lo sentenció a 27 años de arresto domiciliario, el golpe más reciente en una campaña del gobierno para silenciar a sus críticos o expulsarlos del país.
El fallo contra el político de oposición más destacado del país que no está en el exilio, condenado ampliamente por grupos de derechos humanos y gobiernos extranjeros, se produce sólo cuatro meses antes de las elecciones presidenciales.
El arresto de Kem Sokha en septiembre de 2017 marcó el inicio de una feroz campaña por parte del gobierno del primer ministro Hun Sen para utilizar las cortes —que operan bajo su influencia, según se considera ampliamente— para reprimir la disidencia. Desde entonces, la mayoría de los otros principales detractores del gobierno han huido de Camboya para escapar de lo que generalmente se consideran enjuiciamientos de inspiración política.
El Partido de Rescate Nacional de Camboya de Kem Sokha fue visto como una amenaza electoral para el primer ministro Hun Sen en 2017, y su arresto se produjo unos 10 meses antes de las últimas elecciones generales del país. La Corte Suprema disolvió el partido poco después y sus miembros fueron expulsados del Parlamento.
El gobierno denunció que un antiguo video de Kem Sokha hablando en un seminario sobre recibir consejos de grupos prodemocráticos de Estados Unidos era una prueba de colusión con una potencia extranjera para tomar el poder ilegalmente.
La corte decidió que a Kem Sokha le fuera prohibida toda actividad política, incluso votar. Tampoco se le permitirá reunirse con nadie, camboyano o extranjero, excepto con integrantes de su familia. Puede salir de la casa sólo con el permiso de la corte.
Su abogado, Ang Udom, dijo a los periodistas que presentará una apelación dentro de un mes.