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En medio del evento más importante de su temporada, la NFL ha recibido la noticia, una nueva demanda por parte de 10 ex jugadores por incumplimiento a su programa de beneficio de discapacidad.
El jueves previo al Super Bowl LVII celebrado en Arizona, la documentación entró en la corte distrital de Maryland y acusa a la junta del programa de discapacidad, a la liga y al comisionado Roger Goodell de deliberadamente negar los beneficios de discapacidad, tanto para lesiones físicas como impedimentos mentales, a pesar de contar con pruebas médicas.
Entre los demandantes están el campeón del Super Bowl XLII con los NY Giants, Jason Alford y el dos veces Pro Bowl Willis McGahee. El grupo puede comprobar que sus solicitudes han sido negadas en múltiples ocasiones por doctores con altos índices de rechazos y que resultan ser los mejores pagados por la liga.
Acusan a la NFL de quererse respaldar del parte médico para justificar el pagar lo mínimo dentro del programa de beneficio, pues los doctores a los que les pagan menos tienen mayor índice de aprobación en solicitudes ya que sí encuentran problemas en los pacientes.
Por ejemplo, en el periodo entre el 31 de marzo de 2019 y el 1 de abril de 2020, 4.5% de jugadores fueron encontrados con discapacidad total y permanente por doctores a los que les pagaron más de 210 mil dólares al año. En el mismo periodo, 30% fueron diagnosticados con incapacidad por doctores que recibieron entre 54 mil y 60 mil dólares. El caso de Eric Smith está documentado en la demanda.
El jugador de los NY Jets hasta 2012 sufrió 13 lesiones cerebrales y su primera aplicación fue negada. Cuando volvió a solicitar beneficios en 2015 después de la evaluación de un doctor que ya había encontrado un alto índice de impedimentos entre jugadores, fue aprobado, pero el salario del médico bajó de 34 mil 268 dólares a 16 ml 711 el siguiente año.
Cuando quiso aplicar para discapacidad permanente y total en 2018, fue en múltiples ocasiones negado a pesar de lesiones en el cuello, cabeza y la columna dorsal, entre otras. Solicitudes negadas por doctores que cobraban hasta más de un millón. La demanda busca cambiar a los seis miembros de la junta del programa de beneficio. La NFL asegura que cada año reparten 330 millones de dólares a ex jugadores y sus familias.
En la previa del Super Bowl y ante los cuestionamientos de la prensa, Roger Goodell dijo que “obviamente tienen un sistema que identifica quien califica a los beneficios y que se hace de manera independiente por médicos capacitados. Siempre habrá quienes crean que califican y en realidad no porque así lo deciden los expertos y la junta directiva” concluyó.
