El próximo lunes llegará a México el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, desde el martes arribó su avanzada de equipo de seguridad para coordinarse con el gobierno mexicano sobre el dispositivo que se implementará, por lo que no se descarta que el Cadillac presidencial, conocido popularmente como “La Bestia”, sea parte del dispositivo de protección del presidente.
La limusina mide alrededor de dos metros y medio, su peso es de entre ocho 10 toneladas ya que su blindaje es de unos 20 centímetros de espesor por todos los costados, incluso en el piso para proteger al mandatario de un posible ataque con una bomba colocada debajo del automóvil.
También se dice que las manijas de la puerta están diseñados para soltar descargas eléctricas para quien intente abrir las puertas si no pertenece al servicio secreto, además de que las ventanas tienen 12 centímetros de grosor y pueden detener una bala .44 magnum.
El interior se puede sellar en caso de un ataque químico y los neumáticos pueden continuar por varios kilómetros, aunque estén desinflados; sin embargo, tarda 15 segundos en alcanzar los 100 kilómetros por hora.
Por motivos de seguridad hay más de uno de estos vehículos que integran la caravana, con el objetivo de que lo posibles atacantes no tengan certeza sobre en qué auto viaja el presidente de Estados Unidos.
“La Bestia” tiene un costo de 1.5 millones, más de 29 millones de pesos mexicanos, aunque GM gastó unos 15 millones, unos 290 millones en investigación y desarrollo para la bestia 2018 de Donald Trump.
Se ha dado a conocer que a bordo del vehículo presidencial hay bolsas con sangre en caso de que se necesite asistir a Biden, así como de un suministro de oxígeno en caso de que la cabina necesite ser sellada por ataques químicos.
Debido al espesor del blindaje, es complicado comunicarse tanto hacia el exterior como al interior, por lo que esto se hace por medio de micrófonos y altavoces colocados en sitios estratégicos, pero aún así las comunicaciones de primer novel están garantizadas para el presidente.