Joseph Ratzinger estuvo ocho años en el cargo tras ser elegido como sustituto de Juan Pablo II. Los escándalos de pederastia cometidos por clérigos y el ‘caso Vatileaks’ ensombrecieron su mandato.
“Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino”. Así anunciaba el papa Benedicto XVI en un comunicado el día 11 de febrero de 2013 su renuncia al cargo.
Fueron casi ocho años de pontificado desde que, el 19 de abril de 2005, el alemán Joseph Ratzinger fuese elegido como sucesor del papa Juan Pablo II. Antes, había sido obispo de Roma y séptimo jefe del Estado Vaticano, habiendo participado en la II Guerra Mundial y en los servicios antiaéreos alemanes. Llegó autodefiniéndose como el “humilde trabajador de la viña del Señor” y se fue con un gesto histórico, aludiendo a su falta de “fuerzas” y a su “edad avanzada”. Han pasado casi 10 años desde aquel momento en el que dio un paso atrás, pero fueron muchas las decisiones y polémicas en las que se vio envuelto durante sus ocho años de mandato.
Fue en 2007 cuando Benedicto XVI eliminó el limbo -el lugar donde ‘iban’ los niños que morían sin recibir el bautismo- tras las conclusiones de una Comisión Teológica Internacional. Ya había dicho en 1984 que el limbo era solamente “una hipótesis teológica”. Por ello, a partir de ese momento, el niño que muriese sin bautizar, quedaba en manos de “la misericordia de Dios”, según explicó en aquel momento el Vaticano.
En ese mismo año también suprimió la elección del papa por mayoría simple, y propició la celebración en la misa en latín.
Una de las grandes polémicas en las que se vio envuelto tuvo lugar en enero de 2009. Benedicto XVI revocó la excomunión a cuatro obispos consagrados en 1988 por Marcel Lefebvre, fallecido ya en ese momento. Entre ellos se encontraba el británico Richard Williamson, quien aseguró en una entrevista que “no existieron las cámaras de gas” en la Alemania nazi y que el número de fallecidos en los campos de concentración no eran seis millones, sino 300.000 y “ninguno gaseado”. Benedicto XVI tardó meses en reconocer sus “fallos”. Entonces, llegó a decir que el Vaticano “no se dio cuenta” de que las palabras de Williamson podían encontrarse a través de Internet.
También en 2009 abrió las puertas de la Iglesia de Roma a los tradicionalistas anglicanos, es decir, puso las bases para que los anglicanos que renegaban de gais y mujeres obispos pudieran ser admitidos en la Iglesia Católica sin que tuviesen que renunciar a su liturgia.
Pederastia
El 2010 marcó un antes y un después para Benedicto XVI. Una exclusiva publicada por ‘The New York Times’ desvelando que el sacerdote Lawrence Murphy abusó durante años de cerca de 200 niños sordos en Wisconsin le golpeó de lleno. Murphy nunca fue denunciado ni expulsado de la Iglesia y muchas miradas recayeron en Benedicto XVI y en su número dos, Tarcisio Bertone. Ambos estaban al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe durante esa época. A partir de ese momento, Benedicto se esforzó en denunciar los abusos de manera pública, e incluso anunció el endurecimiento de sus leyes sobre los sacerdotes involucrados en abusos sexuales.
No obstante, continuó viéndose salpicado por distintas denuncias de pederastia, como el caso del padre Hullermann. De nuevo ‘The New York Times’ aseguraba que a Benedicto XVI le fue remitido un informe en el que se decía que Hullermann iba a volver al trabajo pastoral parroquial unos días después de empezar el tratamiento para superar su pedofilia. Según este medio, esta terapia la autorizó el propio Ratzinger.
Doce años después, en enero de 2022, volvían a saltar informaciones en la misma línea. Apuntaban a que habría encubierto casos de pederastia cuando era arzobispo de la archidiócesis de Múnich, entre 1977 a 1981. A raíz de estas noticias, Benedicto XIV reaccionó y expresó su vergüenza con las víctimas a través de una carta. “He tenido una gran responsabilidad en la Iglesia Católica. Tanto más grande es mi dolor por los abusos y errores que se han producido durante el tiempo de mi mandato en los respectivos lugares. Cada caso de abuso sexual es terrible e irreparable. A las víctimas de abusos sexuales va mi más profunda simpatía y lamento cada uno de los casos”.
Junto a este escrito, el Vaticano hacía público también un análisis donde concluía que Benedicto XVI no conocía los abusos, a pesar de haber estado en la reunión donde se habló sobre el padre Hullermann.
Blanqueo en el Vaticano y Vatileaks
El papa Benedicto XVI promulgó en 2010 un documento para luchar contra el blanqueo de dinero en las instituciones financieras del Vaticano. Esto tuvo lugar tres meses después de que el Banco Vaticano fuera investigado. El entonces portavoz vaticano, Federico Lombardi, aseguró que la nueva normativa obedecía “a la necesidad moral de la transparencia, honestidad y responsabilidad que hay que observar siempre en el ámbito social y económico”.
Dos años después, llegó otro de los grandes escándalos de su mandato: Vatileaks. Su mayordomo, Paolo Gabriele, un hombre que trabajó en la sombra, le robó varios documentos y los filtró a la prensa. El ‘caso VatiLeaks’ reveló información que implicaba al Vaticano en casos de corrupción.
Libro ‘Jesús de Nazaret’
Exoneró a los judíos de ser responsables de la muerte de Jesús dentro de su libro ‘Jesús de Nazaret’, publicado en 2011. Durante su pontificado, proclamó 34 santos y cerca de 600 beatos. Además, se creó la web y la cuenta de Twitter del Vaticano.
Otras controversias de Benedicto XVI
En 2006, durante una visita a su Baviera natal, Benedicto XVI habló en la Universidad de Ratisbona de la “irracionalidad” de “la difusión de la fe mediante la violencia“, haciendo alusión a la ‘yihad’ del islam. “La difusión de la fe mediante la violencia es algo irracional. La violencia está en contraste con la naturaleza de dios y la naturaleza del alma”, dijo entonces.