El ‘Humanity 1’, de la asociación berlinesa SOS Humanity, llegó el domingo a la ciudad de Bari, en el mar Adriático, donde pudieron desembarcar las 261 personas que llevaba a bordo.
Por su parte, el ‘Geo Barents’, de Médicos Sin Fronteras, de bandera noruega, atracó en Salerno, al sur de Nápoles, con 248 migrantes. Las mujeres, hombres y niños que abandonaron los dos barcos habían sido recogidos por lanchas neumáticas y botes de madera en varias operaciones frente a la costa libia.
“Después de esta difícil experiencia, todo lo que necesitan ahora es recibir el cuidado y la protección adecuados. Les deseamos todo lo mejor para el resto de su viaje”, menciona MSF en su cuenta de Twitter.
Por su parte, la tripulación del ‘Humanity 1’ ha constatado 93 menores a bordo, la mayoría de ellos no acompañados por familiares adultos. Muchas personas presentan indicios de tortura y algunos habían declarado haber sufrido abusos sexuales. La organización mencionó como países de origen Siria, Egipto, Camerún y Costa de Marfil, de acuerdo con declaraciones recogidas por DPA.
El nuevo Gobierno de Italia, encabezado por la ultraderechista Giorgia Meloni, había prometido ser más estricto con estos permisos, lo que ya se tradujo recientemente en una travesía de otro barco, el ‘Ocean Viking’, hacia Francia. Al menos 1.362 personas han muerto este año sólo en la zona central del Mediterráneo, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).