Es bien sabida entre los círculos políticos la antipatía de la gobernadora del estado, Maru Campos, contra Marco Bonilla, tan así que la mandataria ya tiene varios posibles candidatos y candidatas para suplir al edil capitalino.
Marco Bonilla tiene claro que el ego de la Señora de Palacio no lo va a dejar llegar a la reelección, y si lo hace su figura estará muy disminuida, pues, aunque se aferra a crear una imagen de amistad con la gobernadora, ésta “ni lo topa“; además de que la gobernadora lo está forzando a pagar el costo político de la escandalosa obra de teatro “La Golondrina y su Príncipe”.
Con esta escisión entre el alcalde de Chihuahua y la Gobernadora, Morena tiene el camino libre, y quien ha estado empujando fuerte es Marcelino Gómez Brenes. El joven subdelegado de Bienestar de la zona Centro es bien visto como una de las posibles fichas para arrebatarle el bastión que hoy tiene el Partido Acción Nacional.
Cuenta con un perfil idóneo: mediáticamente reconocido, políticamente hábil y aceptable tanto para la militancia morenista, así como la población conservadora de la capital.
Mediáticamente, el joven Marce tiene proyección y ha sabido construir una buena imagen; incluso le ha estado metiendo cash a sus redes sociales y ha rendido resultados, con una estrategia de crecimiento bastante envidiable.
Por otro lado, ha sabido navegar entre las torrenciales corrientes al interior de Morena, particularmente los grupos de crucistas y loeristas. Como subdelegado, ha guardado un equilibrio y una relación pública institucional con el Delegado Juan Carlos Loera, mientras que al mismo tiempo, es bastante reconocido que el equipo operativo de Marcelino es gente identificada con Cruz Pérez Cuéllar. Dicho equilibrio se observó en la pasada elección interna de su partido, cuando apoyó a candidatos de ambos equipos, sin filias ni fobias.
Por último, el perfil de Marcelino es aceptable tanto para las bases morenistas como para la población de la ciudad capital, generalmente más conservadora que el resto del estado. Su corte vaquero, millenial y — hay que decirlo — un tanto burgués, lo hace aceptable para este segmento de la población, además de que hace difícil una campaña sucia en su contra que aproveche las fobias conservadoras chihuahuitas.
La imagen de trabajo en territorio, la entrega de programas sociales y su juventud le brindan legitimidad ante el público en general. Sobre todo, no pierde adeptos al interior de Morena, con su trayectoria como fundador del movimiento y activista social. Aquella relación de amistad con la joven legisladora juarense Andrea Chávez también le da margen de maniobra y proyección en el mismo sentido.
Lejos de un confrontativo Oscar Castrejón, quien también le tira a la presidencia municipal, Marcelino llega a ofrecer un perfil joven, dinámico, moderado y trabajador que se puede capitalizar para desbancar a Acción Nacional en Chihuahua capital. Es algo con lo que concuerdan sondeos internos de Morena y algunos consultores políticos locales.
Está claro: Marco Bonilla ya tiene sucesor y es Marcelino Gómez Brenes.