Una serie de explosiones sacudieron la ciudad ucraniana de Járkiv la madrugada del sábado, generando enormes columnas de humo y desatando estallidos secundarios. Hasta el momento no había reportes de víctimas.
Los estallidos ocurrieron horas después de que Rusia concentró sus ataques en áreas de Ucrania que se anexó ilegalmente, mientras que la cifra de muertes provocadas por misiles en la ciudad sureña de Zaporiyia aumentó a 14.
El alcalde de Járkiv, Ihor Terekhov, dijo en Telegram que las explosiones fueron resultado de ataques con misiles. Afirmó que las explosiones provocaron incendios en una institución médica de la ciudad y un edificio no habitacional.
En una señal de desaprobación para el presidente ruso Vladimir Putin, el Comité Noruego del Nobel otorgó el Premio Nobel de la Paz a organizaciones de derechos humanos de Rusia y Ucrania, y a Ales Bialiatski, un activista encarcelado en Bielorrusia, país aliado de Moscú.
La presidenta del comité, Berit Reiss-Andersen, dijo que los galardonados son “tres destacados paladines de los derechos humanos, la democracia y la coexistencia pacífica”.
Esta semana, Putin anexó ilegalmente cuatro regiones de Ucrania al territorio ruso, entre ellas Zaporiyia, donde se encuentra la nucleoeléctrica más grande de Europa, cuyos reactores fueron apagados el mes pasado.
Los combates cerca de la planta nuclear ocupada por Rusia han alarmado al Organismo Internacional de Energía Atómica, el cual el viernes duplicó a cuatro el número de sus inspectores que monitorean las medidas de seguridad de la planta. Un accidente allí podría liberar 10 veces más radiación que en el peor accidente nuclear de la historia, el de Chernóbil en Ucrania hace 36 años, alertó el viernes el ministro ucraniano de Protección Ambiental, Ruslan Strilets.
“La situación con la ocupación, el cañoneo y el minado de las plantas nucleares de Chernóbil y Zaporiyia por las tropas rusas está generando consecuencias que tendrán un carácter global”, dijo Strilets a The Associated Press.
El OIEA reportó más problemas en la planta, e indicó en Twitter que el suministro externo de energía eléctrica le había sido interrumpido de nuevo a uno de los reactores apagados de Zaporiyia, por lo cual fue necesario activar los generadores de emergencia a base de diésel para operar los sistemas de seguridad.
La ciudad de Zaporiyia se encuentra a 53 kilómetros de la planta nucleoeléctrica y sigue bajo control ucraniano. Para consolidar los reclamos de Moscú de que la región ya le pertenece, las fuerzas rusas la atacaron el jueves con misiles S-300, y el viernes se reportaron más ataques.
Las autoridades ucranianas dijeron que el número de muertos por la ofensiva contra los edificios residenciales se elevó el viernes a 14, y que 12 personas heridas siguen hospitalizadas.
Durante la noche también cayeron misiles sobre la ciudad, hiriendo a una persona, dijo el gobernador de Zaporiyia, Oleksandr Starukh. Además, Rusia utilizó drones Shahed-136 de fabricación iraní y dañó dos instalaciones de infraestructura, agregó.
Al perder terreno ante una contraofensiva ucraniana en el sur y el este del país, el Kremlin ha recurrido a drones iraníes no tripulados y descartables, los cuales son más baratos y menos sofisticados que los misiles, pero de todas formas pueden dañar blancos en tierra.
El Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington, dijo que es improbable que el uso de los drones cargados de explosivos por parte de Rusia afecte el curso de la guerra de manera significativa.
En otras zonas que Moscú se anexó, el Ministerio de Defensa ruso informó que sus fuerzas habían repelido avances ucranianos cerca de la ciudad de Lyman y recapturaron tres aldeas en la región de Donetsk, en el este del país. El ministerio también dijo que las fuerzas rusas habían impedido que los ucranianos avanzaran sobre varias poblaciones en la región de Jersón, en el sur.
En su discurso nocturno, el presidente ucraniano Volodymir Zelenskyy dijo que, tan sólo esta semana, sus fuerzas armadas han recapturado 776 kilómetros cuadrados (300 millas cuadradas) de territorio en el este y 29 asentamientos, incluyendo seis en la región de Luhansk, la cual Putin se anexó. En total, las fuerzas ucranianas han retomado 2.434 kilómetros cuadrados (940 millas cuadradas) de tierra y 96 asentamientos desde que iniciaron su contraofensiva, aseveró.