La noticia del hallazgo del cuerpo sin vida de la abogada María Belén Bernal profundizó aún más la conmoción que se vive en Ecuador desde que se reportó su desaparición.
Fue el propio presidente del país, Guillermo Lasso, quien dio a conocer el hallazgo de los restos de la abogada en la mañana del miércoles.
“Con profundo dolor e indignación lamento informar que María Belén fue encontrada. Su femicidio no quedará impune y todos los responsables serán sometidos a la ley. Mi solidaridad con su madre Elizabeth y su pequeño hijo”, manifestó el presidente Lasso en su cuenta de Twitter.
Bernal había sido reportada desaparecida el pasado 11 de septiembre después de que ingresó a la Escuela Superior de Policía, el centro al norte de Quito, para encontrarse con su esposo, el teniente Germán Cáceres.
Los restos fueron hallados a pocos metros de la sede de la Escuela Superior y las principales sospechas en torno a su muerte recaen en Cáceres, de quien al momento se desconoce el paradero.
La primera en denunciar la desaparición de Bernal fue su madre, Elizabeth Otavalo, quien desde entonces comenzó una campaña para encontrar a su hija, además de denunciar complicidad y negligencia por parte de las autoridades.
“Para Belén lo principal era la familia. También cuidaba de mi madre, su abuela, quien tiene cáncer, y ella le ayudaba con las medicinas”, le dijo Otavalo al canal de televisión Ecuavisión.
A esto se suma las declaraciones a los medios ecuatorianos de los vecinos del barrio La Mena, en el sur de Quito y donde vive la madre de Bernal, quienes la recordaron como una persona solidaria.
“Era una mujer muy suelta, generosa. Ayudaba a los vecinos gratuitamente con asesoría jurídica”, anota Otavalo.
En el momento de su desaparición, la abogada trabajaba para la firma Defensa Penal Group y era parte del grupo de seis mujeres que llevan casos enfocados mayormente en materia penal.
Bernal había llevado también casos de agresión sexual, violencia de género, defensa a policías, pensiones de alimentos y otros, según señala el diario ecuatoriano El Universo.
Y era consciente de que su labor como penalista le había ganado enemigos.
De hecho, a mediados de este año, mediante una publicación en la red social TikTok, había dado dos nombres a los que responsabilizaba de antemano si algo le llegaba a pasar.
Sin embargo, tan pronto se conoció su desaparición, la Fiscalía ecuatoriana descartó los dos nombres que ella había señalado en el video, después de que estableció que el principal sospechoso en el caso era su esposo, el teniente Cáceres.
Según señala el diario local GK, Cáceres y Bernal se habían casado en 2017.
La pareja vivía en la zona de Conocoto, en el sur de Quito. Allí vivía Issac, de 13 años, hijo de una relación anterior de Bernal.