Las vacunas de ARN mensajero han ayudado a controlar la pandemia de Covid-19. Ahora, una nueva estrategia en esta misma técnica, pero que combina dos proteínas víricas, puede proteger en ratones con mayor eficacia frente a variantes como ómicron.
La nueva estrategia, que publica Science Translational Medicine, incorpora tanto la proteína S del SARS-Cov-2 -la que usa el virus para entrar en las células- que es el principal objetivo de las vacunas clínicamente aprobadas, como una nucleoproteína viral que tiende a mutar menos entre las variantes.
El nuevo diseño de la vacuna podría ayudar a generar una amplia inmunidad contra omicron y futuras variantes del virus, que puedan evadir parcialmente los anticuerpos generados por la primera generación de vacunas de ARNm, como las de Moderna y Pfizer.
El equipo, liderado por la Universidad de Texas (EU), probó este enfoque más novedoso que la vacuna de ARNm en ratones. Se vacunó a un grupo de hámsters con una preparado que solo contenía la proteína S, y al otro con el que tenía tanto esa como la nucleoproteína, antes de exponerlos a las variantes delta y ómicron.
La que tenía ambos compuestos controló los recuentos virales en los pulmones y las vías respiratorias superiores de los hámsters con mayor eficacia que la vacuna de proteínas S por sí sola.
El autor principal de la investigación, Haitao Hu, indicó que al haber amplios sectores de la población mundial que ya están vacunados o se han infectado, “es importante” evaluar el nuevo enfoque de vacunas combinadas como dosis de refuerzos en modelos animales o en personas con inmunidad preexistente.