El senador morenista Ricardo Monreal señaló que no necesita de publicistas extranjeros, una declaración que se da después de que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, confirmó la contratación de Antoni Gutiérrez Rubí, asesor y consultor de políticos que han obtenido el cargo como el Presidente de Colombia, Gustavo Petro
“¿Dónde está Ana (Pineda)? Mi publicista, ¡Háblenle a Ana! Les voy a enseñar a mi española, yo no necesito publicistas extranjeros”, dijo ayer en conferencia.
Por otra parte, Monreal Ávila afirmó que no se había visto tanto ataque sistemático de los medios de comunicación y de organizaciones civiles en contra de un Presidente de la República.
Tras la presentación del libro El imperio de los otros datos: tres años de falsedades y engaños desde Palacio, de Luis Estrada, afirmó que “la tolerancia debe de ser una virtud de las repúblicas” y, en ese sentido, el Senado es la casa de la pluralidad y del Federalismo donde se expresan y escuchan todas las voces.
La presentación del libro la realizó el periodista Joaquín López-Dóriga, en compañía de la senadora Kenía López Rabadán del PAN, ceremonia en la que el senador y líder morenista enfatizó que lo que México necesita es menos confrontación y que todos los sectores sociales “nos pongamos de acuerdo para construir el país que merecemos”.
“Para mí Andrés Manuel López Obrador ha sido un buen Presidente de la República, ha cumplido con todo lo que se propuso, separado el poder político del poder económico”, comentó Monreal.
Sobre el trato que tenían los jefes del Ejecutivo de los gobiernos pasados era que “No se atrevían a tocarlo, ni hablar mal de él, en el caso del titular del Ejecutivo federal. Había una regla en la política: puedes tocar a cualquiera, menos al Presidente de la República. Todo era incienso, todo era buen trato, buen comportamiento. Hoy no, hoy hay libertad, y eso hay que cuidarlo”.
El aspirante a la candidatura presidencial por Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado recordó que con la intolerancia no queda nada, “vean en Francia, en el Siglo XVIII, en el gobierno del terror, no queda nada sino odio, rencor, y eso nadie lo quiere”.