22 noviembre, 2024

La donación de órganos de pacientes positivos en COVID-19 es segura

La pandemia provocada por la COVID-19 ha agravado la escasez de órganos abdominales para la donación, al aumentar las tasas de descarte de órganos, debido a los riesgos poco claros de utilizar órganos de donantes infectados por el coronavirus. Aunque la donación de donantes infectados por el virus podría ayudar a mitigar los efectos de la pandemia sobre los órganos descartados y escasez general de órganos. Pero se sabe muy poco sobre las técnicas óptimas de selección de donantes y manejo de receptores.

La donación de órganos de donantes que habían dado positivo en la prueba del SARS-CoV-2 parece ser segura y no causa COVID-19 en el paciente que recibe el órgano donado, según una nueva investigación preliminar que ha sido presentada en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas de este año.

Carmen Wolfe y Emily Eichenberger y sus compañeros de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke, en Durham (Carolina del Norte), han presentado, en este estudio preliminar, su protocolo institucional y los primeros resultados para el transplante de órganos abdominales con donantes positivos a coronavirus a partir de septiembre de 2021.

Aunque no todos los órganos de donantes COVID-19 positivos son aptos para el transplante. Los donantes fueron evaluados teniendo en cuenta el tipo de órgano, la duración y la gravedad de la enfermedad por coronavirus, si había algún signo de enfermedad hipercoagulable, así como una cuidadosa inspección general en el momento de la obtención del órgano. La urgencia del transplante para el receptor también se tuvo en cuenta a la hora de evaluar el riesgo.

Por ejemplo, si se encontraba el virus en la base de los pulmones, estos se consideraban inadecuados para el transplante, pero otros órganos podían seguir siendo transplantados con seguridad, siempre y cuando el donante no muriera de COVID-19 hiperinflamatorio grave o mostrara signos de coagulación excesiva.

Incluso después de esto, los médicos deben seguir considerando la causa última de la muerte de un donante y sopesar si es probable que eso repercuta negativamente en la calidad del órgano y/o en el riesgo quirúrgico. Para reducir aún más el riesgo de transplante, ahora se recomienda, encarecidamente a los receptores, que se vacunen completamente contra la COVID-19 antes de la cirugía, aunque no todos los receptores de este estudio preliminar habían tenido esa oportunidad y, de hecho, los cuatro receptores de órganos de este estudio no estaban vacunados.

Aunque un donante vacunado también es deseable, ya que probablemente reduce el riesgo de inflamación grave del órgano, el hecho de que el donante no esté vacunado o sea negativo, no impediría el uso de órganos de buena calidad procedentes de donantes infectados por COVID-19.

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