El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ganó los comicios del domingo pasado, con lo que ocupará el cargo por quinta ocasión.
Sin embargo, los gobiernos de 35 países de América y Europa rechazaron los resultados y acusaron opacidad y falta de competencia libre.
De acuerdo con los últimos resultados publicados por el Consejo Supremo Electoral (CSE), el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), de Ortega, encabezó las preferencias con 75.9%.
En segundo lugar figuró el Partido Liberal Constitucionalista, con 14.15%.
Los gobiernos que condenaron los resultados son los 27 miembros de la Unión Europea (UE), Estados Unidos, Colombia, Costa Rica, Chile, Perú, Panamá, Guatemala y Ecuador.
En una declaración emitida ayer, la UE advirtió que las elecciones en el país centroamericano carecen de garantías democráticas y sus resultados no tienen legitimidad.
“Daniel Ortega eliminó toda competencia electoral creíble, privando al pueblo nicaragüense de su derecho a elegir libremente a sus representantes”, agregó el grupo en una declaración firmada por Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.
Además del pronunciamiento colectivo, los gobiernos de España y Alemania rechazaron la jornada del domingo pasado.
Las autoridades del país sudamericano detuvieron a 39 activistas opositores en el marco de las campañas electorales.
Entre los detenidos hay siete aspirantes presidenciales.
“La represión gubernamental contra críticos y de la oposición política ha recrudecido. Este deterioro incluye violaciones a la libertad e integridad personal, la libertad de expresión, de asociación, de prensa y otras restricciones”, condenó la organización Amnistía Internacional en un comunicado.
Países de América Latina se sumaron a los pronunciamientos en contra.
“Colombia desconoce el triunfo de Daniel Ortega en Nicaragua por tratarse de un fraude anunciado”, afirmó ayer el presidente Iván Duque.
En tanto, el gobierno del presidente de Perú, Pedro Castillo, se pronunció en el mismo sentido.
“El proceso no cumple los criterios mínimos de elecciones libres, justas y transparentes. Merece el rechazo de la comunidad internacional”, sostuvo.
Desde el domingo pasado, Costa Rica y Estados Unidos rechazaron el triunfo del mandatario.
En las elecciones por la Asamblea Nacional el FSLN obtuvo 75 de 90 escaños.
Hasta ahora, los gobiernos de Venezuela, Cuba, Bolivia e Irán respaldaron los resultados del sandinista.
“Les decimos a las potencias que nuestro país es un país de paz. Parece una utopía pedirles a las potencias relaciones de respeto, pero lo haremos”, afirmó Ortega.
Además, el mandatario llamó “hijos de p… de los imperialistas yanquis” a los opositores que se encuentran en calidad de presos políticos.
Cuestionan abstención
El Consejo Supremo Electoral (CSE) de Nicaragua reportó una participación de 65.2% en los comicios del domingo pasado.
Sin embargo, una estimación de la organización Urnas abiertas reveló que la abstención fue de 81.5%.
“Las cifras tan altas de abstencionismo solo corresponden a la falta de legitimidad y credibilidad en que se ha desarrollado este proceso, sumado a los altos índices de violencia política y afectaciones a los derechos humanos”, aseguró a Excélsior Pedro Salvador Fonseca, miembro de Urnas Abiertas.
El domingo pasado, 4.4 millones de personas acudieron a las urnas en Nicaragua para elegir al próximo presidente.
Los resultados oficiales favorecen al actual presidente, Daniel Ortega.
Sin embargo, líderes mundiales rechazaron los resultados.
“Se espera que la comunidad internacional por fin adopte medidas claras y acciones que frenen de una vez la avanzada de la dictadura”, agregó.
El analista electoral aseguró que los comicios revelan que la población no respalda al gobierno.
“La sociedad nicaragüense está cansada de las arbitrariedades y acciones represivas del régimen y estos datos solo comprueban la farsa de la dictadura y la falta de apoyo ciudadano”, insistió el también politólogo.
Las elecciones se realizaron tres años después de las movilizaciones de 2018, en las que miles pidieron la salida de Ortega.