Aunque el Conacyt creó los ventiladores “hechos en México”, se reportan que no se han entregado en algunos de forma oficial y que los médicos desconfían del aparato por las fallas técnicas que presenta.
La calidad de los ventiladores Ehecátl 4T que fabricó el gobierno federal para atender a los enfermos graves de covid-19 está en duda. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) autorizó su producción, pero no garantizó que fueran seguros y el personal médico que los ha utilizado no confía en su efectividad.
A la fecha, después de tres olas de contagios y muertes por covid-19, los ventiladores no se han terminado de fabricar y no existe evidencia documental de que los ventiladores ya producidos hayan sido entregados de manera formal a los hospitales.
Así lo reflejan diversos documentos oficiales de las autoridades de Salud, proporcionados vía transparencia, entre los que destaca uno que advierte de la necesidad de vigilar activamente el uso de los aparatos para cuidar la salud de los pacientes porque no cuentan con registro sanitario, además de un reporte interno de la Secretaría de Salud.