Será este próximo miércoles 25 de agosto, el día en el que la gobernadora electa Maru Campos revisará la situación de la educación en Chihuahua desde la perspectiva sindical, para lo cual, afirman, se reunirá con los todavía secretarios generales de las secciones 8 y 42 del SNTE.
En el balance de la gestión tanto de Rosa María Hernández como de Ever Enrique Avitia, hay hechos y situaciones dignas de análisis.
En primer lugar la maestra Rosy, al frente de la sección 8, tuvo una gestión de claroscuros, pero sin duda, con más claros; un esquema prestacional que migró de manera pacífica y con ciertas ventajas para los trabajadores, a los nuevos lineamientos nacionales, tanto de la Abrogada Ley General de Servicio Profesional Docente, cómo ante la Ley del USICAMM, enfrentamiento constante con autoridades educativas tanto de SEECH como de USICAMM, buena negociación, con resultados más o menos positivos, aunque con algunos señalamientos de corrupción.
Por otro lado Ever Avitia al frente de la 42, con muchos más negativos que positivos, un esquema prestacional destruido, graves acusaciones de corrupción, nepotismo, enriquecimiento inexplicable de él mismo y de varios de sus colaboradores cercanos, desatención a los problemas docentes, apoyo irrestricto y evidente a las políticas opresoras del gobernador Corral, entre muchas otras, y sin algún positivo que deba destacarse.
Ante este escenario tan desolador para el magisterio en chihuahua, el encuentro se antoja de muy poco interés para la próxima gobernadora, pues ante las grandes expectativas que el nuevo gobierno ha manifestado en el ámbito educativo, estos visitantes tienen sin duda muy poco o nada que ofrecer, esto, debido a su gran desgaste político, poco posicionamiento ante la opinión de sus agremiados y el hecho de que tienen los días más que contados en el escenario político del Estado.