En la conmemoración del 238 Aniversario del natalicio de Simón Bolívar, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador compartió su visión de construir en América una organización fuerte basada en distintos principios de no intervención y respeto hacía los otros pueblos, semejante a la Unión Europea.
El presidente de México dio un discurso sobre la vida de Simón Bolívar e inició con las siguientes palabras: Nacido en 1783, exactamente 30 años después que Miguel Hidalgo, Simón Bolívar decidió desde muy joven luchar por causas grandes, nobles y justas. Como el propio Hidalgo y como José María Morelos y Pavón, los padres de nuestra patria, el libertador Bolívar reunía virtudes excepcionales.
Al detallar pasajes históricos y su impacto en nuestro continente del llamado Libertador de América, AMLO dejó las siguientes consideraciones:
“Es obvio que esto debe implicar cooperación para el desarrollo y bienestar en todos los pueblos de América Latina y el Caribe. Es ya inaceptable la política de los últimos dos siglos, caracterizada por invasiones para poner o quitar gobernantes al antojo de la superpotencia; digamos adiós a las imposiciones, las injerencias, las sanciones, las exclusiones y los bloqueos”, dijo.
“Apliquemos, en cambio, los principios de no intervención, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de las controversias. Iniciemos en nuestro continente una relación bajo la premisa de George Washington, según la cual, “las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos”, acotó.
“Estoy consciente que se trata de un asunto complejo que requiere de una nueva visión política y económica: la propuesta es, ni más ni menos, que construir algo semejante a la Unión Europea, pero apegado a nuestra historia, a nuestra realidad y a nuestras identidades. En ese espíritu, no debe descartarse la sustitución de la OEA por un organismo verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie, sino mediador a petición y aceptación de las partes en conflicto, en asuntos de derechos humanos y de democracia. Es una gran tarea para buenos diplomáticos y políticos como los que, afortunadamente, existen en todos los países de nuestro continente”, expresó.
Lo aquí planteado puede parecer una utopía; sin embargo, debe considerarse que sin el horizonte de los ideales no se llega a ningún lado y que, en consecuencia, vale la pena intentarlo.
Mantengamos vivo el sueño de Bolívar, finalizó.