Superan sus propios miedos y la lesión de Kawhi Leonard para superar la segunda ronda de playoffs por primera vez.
Cuando los servicios médicos anunciaban el pasado 16 de junio la baja de Kawhi Leonard por problemas en el ligamento cruzado de su rodilla derecha los viejos fantasmas volvieron a aparecer en el entorno de unos Clippers que parecían haberse topado de nuevo con esa maldición infranqueable que no le permitía pasar de la segunda ronda en playoffs. Con la eliminatoria ante los Jazz empatada y sin su gran estrella todo apuntaba a un nuevo tropiezo del hermano pobre de L.A.
Sin embargo, el equipo de Tyronn Lue se rehizo y de la mano de Paul George y de un inesperado Terance Mann ha roto ese mal que duraba ya 51 años, los mismos que tiene la franquicia angelina. Un embrujo de mala suerte que duraba ya demasiado tiempo y que le había valido para ser etiquetado como el peor equipo en la historia del deporte americano.
En todo el deporte profesional estadounidense, los Clippers, nacidos en Búfalo en 1970, trasladados a San Diego en 1978 y posteriormente a Los Ángeles en 1984, eran el equipo que más tiempo llevaban sin pisar una final de conferencia. De hecho, no lo habían hecho hasta ahora y tras 51 años, rompen la peor racha en la historia del deporte profesional estadounidense.
Los Clippers nunca habían podido superar la valla infranqueable de la segunda ronda de los playoffs y tras siete oportunidades perdidas a la octava ocasión que han tenido la oportunidad han podido hacerlo. Sólo los Oakland Athletics de béisbol, que perdieron nueve partidos seguidos, han desperdiciado más oportunidades que ellos entre las grandes ligas estadounidenses.
Una maldición que pesaba demasiado ya en la mochila y en la chequera de un Steve Ballmer que construyó el equipo a base de talonario pensando en el éxito inmediato. De hecho, los angelinos no tienen elecciones en primera ronda del draft hasta 2027 tras todos los traspasos realizados con un único objetivo: el anillo que ahora sí parece más cercano.