Este día autoridades del Gobierno del Estado conmemoraron el aniversario 143 del natalicio del general Francisco Villa, a quien muchos conocieron como el Centauro del Norte por su grandes campañas militares, colocaron arreglo floral en su estatua ubicada en la Plaza Revolución.
Su nombre fue Doroteo Arango Arámbula, conocido como Francisco Villa, nació el 5 de junio de 1878, en La Coyotada, Municipio de San Juan del Río, Durango. Fue hijo de Agustín Arango y Micaela Arámbula, aparceros en la Hacienda Gogojito, propiedad de la familia López Negrete.
Al fallecer sus padres, asumió la responsabilidad del resto de su familia. En la Hacienda en la que trabajaba, el más joven de los López Negrete, intentó deshonrar a su hermana, por lo que Francisco Villa le disparó e inició su vida de forajido; adquirió experiencia en la geografía, manejo de armas y caballos, que le ayudarían a destacarse como revolucionario.
En 1910, al iniciar la Revolución Mexicana, se unió a las filas maderistas. Participó activamente en la lucha contra el Ejército Federal hasta lograr su derrota en la Batalla de Ciudad Juárez. Demostró habilidades innatas para la guerra, cualidad que le permitió salir victorioso en las batallas de Ciudad Juárez, Ojinaga, Torreón, Tierra Blanca, Zacatecas, Paredón y Sayula, entre otras.
Durante el gobierno maderista, fue encarcelado por insubordinación en la Prisión Militar de Santiago Tlatelolco. Tras la muerte de Francisco I. Madero se unió a las tropas constitucionalistas de Venustiano Carranza, su participación fue nuevamente decisiva para la derrota del general Victoriano Huerta en 1914.
Fue comandante de la División del Norte, uno de los tres cuerpos del Ejército Revolucionario Constitucionalista, en el que sobresalió por su independencia y su capacidad militar.
En 1914, después de la toma de Zacatecas, se dirigió hasta la Ciudad de México donde entró triunfante junto a Emiliano Zapata. Este hecho marcó la ruptura entre Venustiano Carranza y Francisco Villa, lo cual dio inicio a la lucha de facciones que finalizó en 1915, con la derrota de Villa en las batallas de Celaya, en donde perdió su poder político y militar.
En 1916 efectuó una invasión con sus tropas a Columbus, Nuevo México, Estados Unidos de América, provocando que el gobierno norteamericano realizara una campaña militar al mando del General John J. Pershing para localizarlo y capturarlo, sin tener éxito.
Posterior al asesinato de Venustiano Carranza, pactó una amnistía con el presidente interino Adolfo de la Huerta. Francisco Villa, cesó sus actividades revolucionarias y se retiró a la Hacienda “El Canutillo”, en Parral, Chihuahua, donde fue asesinado el 20 de julio de 1923