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El factor de transferencia es un derivado de los leucocitos obtenido de la sangre de donadores inmunes que se dice es capaz de transferir inmunidad tanto local, como sistémica a receptores no inmunes. Son consideradas un tipo de linfocina, moléculas pertenecientes a las interleucinas que son producidas y liberadas por las células denominadas linfocitos T, que afectan a la función de otros tipos celulares de forma muy variada, pudiendo estimular o inhibir diferentes aspectos de la respuesta inmunitaria, aunque esto no ha sido estudiado de forma exhaustiva.
El Instituto Politécnico Nacional anunció en abril de este año, el inicio de un protocolo clínico para evaluar el efecto del tratamiento con factor de transferencia oral (Extracto Dializable Leucocitario) en 569 pacientes infectados con el virus SARS-CoV-2, sin embargo infectólogos criticaron la falta de rigorismo en el estudio, debido a que no es cegado y aleatorio y no comparan contra un placebo.
No soy médico, solo cito información que está en la red, para hacer un llamado de atención. Les explico, he padecido dolores articulares muy fuertes, que me llevaron hace algunos años a buscar atención médica, pues exámenes y visitas al doctor, ya saben, y nada, dijeron los médicos que no tenía nada…solo los dolores; el caso es que buscando una solución a mi dolencia, di en la red con el factor de transferencia que se comercializa como un producto coadyuvante en enfermedades reumáticas y autoinmunes.
Me encontré además que lo producen en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Pues ahí voy, para no hacerles el cuento largo, lo usé y me alivié; un par de jóvenes químicos integran el equipo que produce el factor de transferencia, filas y filas para adquirirlo y la producción se agota.
Los médicos no le reconocen su valor terapéutico por falta de estudios, pero por las filas que hay, la gente sí, es decir, su uso es empírico y caro, no lo recetan los médicos en sus consultas, el costo lo sufraga la gente que adquiere esa terapia que puede considerase alternativa a muchos tipos de enfermedades.
El punto es y no tengo duda de ello, que nuestro cuerpo es capaz de auto repararse y como ejemplo en esta pandemia encontramos a las personas asintomáticas, sí contrajeron el virus SARS-CoV-2 pero no muestran ningún síntoma de la enfermad, su sistema inmunológico pudo lidiar con el bicho y ello es lo fundamental, como transitar a una medicina pública en que se potencialice el sistema inmunológico para que combata las enfermedades en lugar de la medicina tradicional.
Las grandes compañías farmacéuticas trasnacionales se alzan como las salvadoras del mundo con la formulación de las vacunas, que conllevan una inmensa utilidad financiera para ellas, se busca también desarrollar medicamentos eficaces contra la enfermedad, sin embargo, el costo y la dependencia de esos consorcios pondrá en jaque a los sistemas de salud de todos los países que hacen fila para adquirir los productos y salvar a su población en peligro de muerte.
Como se ven las cosas, estas enfermedades extrañas serán cada vez más comunes y la historia se repetirá de manera más frecuente, por eso el llamado de atención, sí, aquí en Chihuahua tenemos especialistas e infraestructura para que se avoquen a una investigación seria y exhaustiva en el uso de la terapia de factor de transferencia para combatir enfermedades graves. Mientras se asignan partidas presupuestales para atender muchos sectores de la sociedad y de la economía, se olvida que la salud es lo más importante y tener a la mano una posible solución requiere de investigación y recursos económicos suficientes, área a la que por lo regular se le olvida y siempre se le relega.
Esperemos que el área de investigación médica de la Universidad Autónoma de Chihuahua se fortalezca, no todo es comprar medicinas.
