La Selección Mexicana de basquetbol finalizó la ventana FIBA de noviembre con descalabro de 94-78 frente un Estados Unidos marca G League en la burbuja del Centro de Convenciones de Indianápolis, en el marco del proceso eliminatorio para disputar la AmeriCup 2020. Luke Martínez (17+3+1) y Gabriel Girón (14+3+3) otorgaron las mejores notas en la quinteta de Paco Olmos. La caída, no obstante, no depara a los ’12 Guerreros’ un futuro inmediato intranquilo. A salvo en el segundo casillero del sector D de las clasificatorias, por arriba de Bahamas y Puerto Rico, el equipo compró tiempo suficiente hasta la próxima ventana, programada para febrero de 2020. Claro, en espera de que los astros se alineen y FIBA y Ademeba levanten las hostilidades.
El primer cuarto, sin embargo, auguraba un mejor destino para los ’12 Guerreros’. Un meritorio parcial de 23-20, sin mayores complejos, una paridad como un espejismo. Gabriel Girón (5/8 y dos triples) comandó los sueños mexicanos con una combustión de 12 puntos. La edificación, que parecía sólida, no era sino un castillo de naipes. Estados Unidos mejoró su porcentaje de triples a 41.6%, activó el contragolpe (15 puntos en rompimiento al medio tiempo), protegió con mayor ahínco la pintura (dominaron la zona 20-8 tras los dos primeros cuartos) y despegaron en los hombros de John Jenkins (75% de campo hasta entonces) y Yante Maten (8/10 en total; máximo anotador de la noche, con 21 unidades). El 52-34 resultó insalvable.
Y se soltó el huracán. Una ventolera de 10 puntos, triple de Jenkins y clavada de Maten entremedio, ocasionaron que Olmos convocara a reunión de emergencia. La parábola de Luke Martínez en la esquina derecha fue un oasis. ‘Los 12 Guerreros’, ataviados de negro, recolectaron puntos como agua en desierto y Estados Unidos se organizó un banquete en la porosa defensiva mexicana. La diferencia se estiró hasta los 26 puntos y el amor propio de Luke Martínez decoró el tercer parcial (20-19). El último capítulo abrió con la brutal volcada de Gates después de interceptar el pase cruzado de Estrada. Tres minutos de brisa aliviaron a la Selección Mexicana; le corrió sangre en las venas a la quinteta negra y apretaron tuercas hasta cerrar a 11 puntos la brecha: el diseño defensivo de Olmos funcionó durante ese lapso y Luke activó la máquina de sueños con su tercer arcoiris de la noche.
Mediado el último periodo, Jenkins destruyó el plan de Olmos con un tiro desde el estacionamiento y Fabián Jaimes replicó. El partido se instaló en una tensa calma, porque el electrocardiograma aún detectaba signos vitales en los ’12 Guerreros’. El tiro kilométrico de Maguette, con tres minutos por delante, ahogó la reacción. La improvisada selección LNBP-Conade se marcha de la turbulenta ventana FIBA de noviembre con los deberes hechos: debía triunfar al menos en una de las dos noches para colocar su récord total en 2-2. Pese a todo, la AmeriCup es tierra a la vista.