28 marzo, 2024

No somos enemigos, somos estadounidenses: Joe Biden en discurso a la nación

Delaware, Estados Unidos.- El demócrata Joe Biden derrotó el sábado al presidente Donald Trump para convertirse en el 46to presidente de Estados Unidos, y se ofreció ante la nación como un líder que “no busca dividir sino unificar” a un país afectado por una histórica pandemia y una confluencia de tensiones económicas y sociales.

“Deseaba este cargo para restaurar el alma de Estados Unidos”, declaró Biden en un discurso de victoria transmitido en horario estelar no lejos de su casa en Delaware, “y hacer que Estados Unidos sea respetado de nuevo en el mundo y para unirnos aquí en casa”.

Biden rebasó los 270 votos del Colegio Electoral que necesitaba para ganar una vez que logró el triunfo en Pensilvania. Su victoria ocurre luego de más de tres días de incertidumbre a causa de la demora de las autoridades electorales para procesar los votos enviados por correo.

Trump se rehusó a aceptar su derrota y aseguró que impugnará el conteo de papeletas en los tribunales. Sin embargo, Biden aprovechó su discurso para tender una rama de olivo a quienes no votaron por él y afirmó a los electores de Trump que él comprendía su desilusión pero agregó: “Démonos mutuamente una oportunidad”.

“Es momento de hacer a un lado el discurso ríspido, bajar la temperatura, mirarnos de nuevo los unos a los otros, escucharnos de nuevo los unos a los otros, avanzar, debemos dejar de tratar a nuestros oponentes como nuestros enemigos”, apuntó. “No somos enemigos. Somos estadounidenses”.

Biden, de 77 años, basó su campaña no tanto en una ideología política particular sino en conjuntar una amplia coalición de votantes alrededor de la idea de que Trump representaba una amenaza existencial para la democracia estadounidense. La estrategia resultó eficaz al anotarse triunfos cruciales en Michigan, Wisconsin y Pensilvania, antiguos baluartes demócratas que se inclinaron por Trump en 2016.

La victoria de Biden constituye un repudio al liderazgo divisivo de Trump, y el presidente electo hereda una nación profundamente polarizada que enfrenta problemas fundamentales de justicia racial y equidad económica en medio de una pandemia de coronavirus que ha dejado más de 236.000 muertos y trastocado las reglas de la vida diaria en Estados Unidos.

Kamala Harris pasó a la historia como la primera afroestadounidense en convertirse en vicepresidenta, logro que coincide con un escenario de protestas a favor de la justicia racial en Estados Unidos. La senadora de California, la primera persona también de ascendencia surasiática elegida a la vicepresidencia, se convertirá en la mujer de más alto rango en el gobierno, cuatro años después de que Trump derrotara a Hillary Clinton. 

Harris presentó a Biden “como un presidente para todos los estadounidenses” que busca unir a una nación dividida por el partidismo y aceptó la naturaleza histórica del ascenso de ella a la vicepresidencia. 

“Sueñen con ambición, lideren con convicción y véanse en una forma simplemente imposible para los demás porque nunca lo han visto antes”, declaró Harris. “Ustedes eligieron la esperanza y la unidad, la decencia, la ciencia y, sí, la verdad… ustedes han dado inicio a un nuevo día para Estados Unidos. 

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